EL ABUSO POLICIAL HACIA PERSONAS TRANS: UNA POLÍTICA SISTEMÁTICA
- La travesti del barrio
- 22 jul 2015
- 2 Min. de lectura
Hace dos años fui invitado por una organización social de Medellín a un panel sobre la vida y obra de León Zuleta, al que asumo como mi referente ideológico y político. Al terminar el evento salí a festejar con algunos amigos y amigas el éxito del panel.
Camino a la zona de rumba de Medellín uno de mis amigos saludó a una mujer de unos 30 años que estaba en una esquina, aparentemente ejerciendo prostitución. La mujer era trans, tenía evidencias de golpes en la cara y estaba llorando. Luego de saludar a mi amigo y de hablar un buen rato con él, la mujer se calmó y nos contó que los golpes se los había propinado un agente de la Policía Nacional y que a su amiga, otra mujer trans que ejercía prostitución, se la llevaron los “tombos” y llevaba ya dos días desaparecida.
Hace un tiempo tuve contacto con la mujer de aquella noche y me contó el final de la historia, que resultó ser muchísimo más macabro que su desenlace: la mujer que desapareció esa noche apareció muerta y con signos de violación, y no se pudo nunca denunciar a los agentes de Policía porque nadie le dio información sobre quiénes eran los patrulleros en servicio esa noche.
La anterior no es una historia casual, es solo uno de tantos ejemplos de que el abuso policial hacia mujeres trans en ejercicio de prostitución es una política sistemática de maltratos y asesinatos que no se acabara hasta que no se ejecute una reforma estructural de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.
Informes de derechos humanos de diferentes organizaciones sociales llaman la atención sobre el constante abuso policial reportado en diferentes partes del país. En ese sentido y en el marco del proceso de paz entre el Gobierno y las FARC-EP deberíamos pensar en cómo la Fuerza Pública va a reparar a las víctimas del abuso policial, de la violencia sexual ejercida por soldados y paramilitares (violaciones correctivas y empalamientos, entre otras muchas) y de los muchos casos en los cuales se ha usado a los cuerpos disidentes como conejillos de indias en medio de la barbarie de la guerra colombiana. Y no solo reparar, sino brindar garantías para la no repetición, porque en éste conflicto las guerrillas no son las únicas que tienen víctimas.
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