NI HETEROSEXUAL NI IGUALITARIO
- FAMILIAS ROSADAS: Homosexuales de Clase Alta por
- 31 jul 2015
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Hoy el Estado colombiano, por medio de la audiencia pública convocada por la Corte Constitucional sobre el Matrimonio Igualitario en Colombia, abre sus oídos a un debate inevitable en el país: la deuda histórica que la Sociedad y el Estado tienen con las parejas del mismo sexo a tener los mismos derechos constitucionales que las parejas heterosexuales.
Por tanto debe ser leída como tal y no como el objetivo máximo de la lucha del movimiento social LGBTI en Colombia. El conformar familias y celebrar matrimonios es un derecho que de manera intrínseca pertenece a todas y todos los ciudadanos y no sólo a las y los heterosexuales, por cuanto la lucha claramente es por exigir algo que nos pertenece.
La pregunta es: ¿La lucha es realmente por la igualdad o simplemente por cumplir el sueño pintoresco de casarse vestidos y vestidas de blanco con pajes y anillos de oro? Y planteo la cuestión porque el enfoque de la lucha por la igualdad de derechos parece centrarse más en la segunda parte de la pregunta que en la primera.
En mi opinión estamos asistiendo al momento ideal para plantear el debate que nos hemos aplazado durante años: la vigencia del matrimonio y de la familia nuclear como instituciones básicas de una sociedad excluyente, fanática y semifeudal. Y ya que propongo el debate, tomo partido inmediatamente ubicándome en la tribuna de quienes proponen la destrucción de la institución de la familia y a su vez de todos los tipos de matrimonio.
Es evidente que la lucha por la plenitud de derechos en Colombia solo concluirá cuando haya un cambio real y estructural en el Estado y en la cultura.
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