SERGIO: LA CARA VISIBLE DE LA CRISIS EDUCATIVA
- Violencia W.
- 5 ago 2015
- 2 Min. de lectura

Un año ha pasado desde la muerte de Sergio, quien acorralado por el acoso decidió tomar la determinación más íntima y personal de todas: acabar con su vida, en un ejercicio absolutamente liberador que nos ha desbordado en sentimientos de todo tipo.
Al repudiar los motivos que lo llevaron a tomar la determinación de saltar de la terraza de aquel centro comercial, se me unen sentimientos de nostalgia e indignación, y pienso en la macabra posibilidad de que Sergio fuera solo un caso, uno emblemático, pero no el único. Me remito también a mi niñez y recuerdo la violenta cadena de discriminación de todo tipo, que no solo se orientaba al “mariquita”, o a la “gordita”, o al “negrito”.
Más aterradoras que aquellas borrosas imágenes de mi niñez, son las cifras que algunas organizaciones como la Friends United Foundation le han presentado al país denunciando que tres de cada cinco víctimas de acoso escolar en Colombia han pensado en acabar con su vida. Al asumirlo desde ésta perspectiva, Sergio se convierte en la cara visible de tal vez muchas víctimas de acoso escolar en los colegios públicos y privados de todo el país. En muchos casos al matoneo escolar se suma la falta de acompañamiento y de comprensión familiar.
Por otro lado, el hecho doloroso coloca en evidencia la crisis educativa que afronta nuestro pueblo y la ausencia de políticas públicas que promuevan la eliminación de la discriminación en las instituciones educativas. Pero ya es tarde, ya no son suficientes las campañas, ni siquiera las reformas educativas.
La única solución a la precaria situación y a la problemática del acoso escolar tiene que ver con algo más que reformas y campañas, se trata esta vez de cambios estructurales en el sistema educativo, algo que no parece ser posible bajo el mandato de ésta dirigencia política tradicional.
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